Aunque estén de plena actualidad, por ser las únicas tarjetas que admiten las nuevas Nikon Z, las memorias XQD no son nuevas ni mucho menos. Sin embargo, sí que son actualmente la especificación más veloz en tarjetas de memoria, motivos por los cuales (aunque hasta ahora estaban poco extendidas) podrían convertirse finalmente en el estándar para cámaras de nivel alto. Por eso vamos a ver cómo son, qué velocidades ofrecen, qué marcas hay, cuánto cuestan y mucho más.
Especificaciones de las XQD
Presentadas a finales de 2011 como un formato a medio camino entre las Secure Digital y las Compact Flash, fueron desarrolladas por Sandisk, Sony y Nikon y amparadas por la CompactFlash Association. La idea, lógicamente, era desarrollar un nuevo tipo de tarjetas de memoria para los fotógrafos (y videógrafos) profesionales, más resistentes y duraderas pero, sobre todo, más rápidas y con posibilidad de mejora.
Para ello, se basaron en la interfaz PCI Express, que al ser escalable aseguraba futuros incrementos en el rendimiento. Así, si en principio la interfaz ofrecía una velocidad de 2,5 Gbps (que se materializaba en tarjetas con velocidades de escritura de 125MB/s y superior), con el estándar XQD 2.0, presentado en 2014, se actualizó al estándar PCI Express 2.0 (y USB 3.0) subiendo hasta 5 Gbps y posibilitando velocidades teóricas de hasta 1GB/s (1000MB/s).
Actualmente ya existe la norma CFexpress, una nueva especificación de la interfaz PCI Express que es compatible con XQD vía actualización de firmware y amplía aún más estas velocidades. En concreto, los modelos recientemente presentados por ProGrade prometen velocidades de lectura de 1400MB/s y de escritura de 1000MB/s en una tarjeta de hasta un Terabyte.
En cuanto a sus características físicas, las nuevas tarjetas se diseñaron con un tamaño muy similar a las SD (38,5 × 29,8 × 3,8 mm), pero con una construcción más robusta pensada para resistir las duras condiciones en las que trabajan (por ejemplo) los fotógrafos de naturaleza. De esta manera, se proporcionaba un tamaño muy contenido, bastante menor que las CF y las CFast 2.0 (hoy por hoy su principal competencia), pero con mayor resistencia que las aparentemente endebles SD.
Recorrido y futuro
Tal y como os contamos al hablar de los distintos tipos de tarjetas de memoria, las tarjetas XQD no están muy extendidas actualmente, seguramente por su alto precio y las escasas cámaras que las utilizan. La excepción la tenemos en Nikon, que ya incluyó una ranura para tarjetas de este estándar en su modelo más profesional, la Nikon D4, que fue lanzada meses después de que se presentaran las XQD.
Posteriormente también se incluyó en la sucesora de aquella, la Nikon D5, y también la D500, presentadas ambas en 2016, y la última ha sido la Nikon D850. Sin embargo, en todos los casos aquellas cámaras contaban con doble ranura para tarjetas, de modo que el uso de la XQD no era aún exclusivo como ocurre con las nuevas Nikon sin espejo de formato completo.
Aparte de Nikon, estas tarjetas apenas se han dejado ver. Ni siquiera en Sony, otro de sus adalides, que sólo las ha incluido en algunas cámaras de vídeo. Por lo demás, otro que las ha utilizado (de nuevo ofreciendo doble ranura) es Phase One en varios de sus respaldos digitales de formato medio, como el Phase One XF IQ4 150MP presentado hace apenas unos días.
Ahora, con las Nikon Z en boca de muchos (y a pesar de las críticas), se abre una nueva etapa para estas tarjetas, que además casi coincide con la aparición del estándar CFexpress que hará aún más veloces este tipo de memorias. Es cierto que hoy por hoy las SD están muy establecidas y aún tienen mucha vida (incluso se acaba de presentar una versión más robusta), pero si Sony (actualmente el principal fabricante) también empieza a apostar por ellas en sus cámaras, el formato puede llegar a convertirse en el futuro estándar.
De hecho, incluso Canon y Panasonic llegaron a estar interesadas en el formato, por lo que no sería descartable del todo que apostaran por él en un futuro. Por supuesto Nikon va a hacerlo, y ya ha presentado su propia línea de memorias (de momento parece que sólo para Japón), y alguna que otra marca como Delkin también lo acaba de hacer.
Marcas y precios
Como hemos dicho, los desarrolladores de las tarjetas XQD fueron Sandisk, Sony y Nikon. También hemos comentado su alto coste de adquisición, seguramente el handicap que más las ha perjudicado en unos años en los que las Secure Digital no dejaban de bajar de precio. Actualmente el precio sigue siendo alto, del orden de entre dos y tres euros el GByte, un precio muy superior al que cuestan tarjetas SD de características similares.
Así, haciendo una búsqueda en Amazon podemos encontrar una XQD Sony de 128 Gbytes por 270 euros y una de 64 Gbytes por 175 euros. Estas mismas tarjetas también se pueden adquirir por ejemplo en la web de El Corte Inglés, pero su precio es aún mayor.
Si hemos puesto de ejemplo estas Sony es porque, hoy por hoy, esta marca es casi la única que vamos a encontrar. Aunque acabamos de apuntar que Nikon ya ha presentado su línea de tarjetas, y es de esperar que otros lo hagan en breve. Por ejemplo Sandisk, uno de los pioneros del estándar que, sin embargo, las sacó de su cátalogo hace meses, pero es bastante probable que vuelvan a aparecer en breve.
Uno que sí las tiene en su línea de productos es Lexar, una empresa que hace meses anunció el cese de su producción pero que recientemente ha sido comprada y va a volver al mercado. Así, aunque en su web no aparecen estas tarjetas, en Amazon sí que se pueden encontrar algunas referencias, a un precio bastante alto, eso sí: 220 euros por 32 Gbytes. Por cierto que de este mismo fabricante y de Sony se puede encontrar también lectores de tarjetas XQD, un accesorio que también puede tener su importancia en la implantación de las tarjetas.
Por tanto, conseguir una de estas tarjetas aún nos va a exigir un alto desembolso, y todo pinta que durará algún tiempo, pero es de esperar que el mercado empiece a cambiar, que el formato se extienda y que haya una mayor oferta de fabricantes de modo que los precios bajen. Si eso ocurre, es probable que las tarjetas XQD acaben convirtiéndose en el estándar para cámaras avanzadas y/o profesionales, aunque será cuestión de esperar y ver cçomo evoluciona el mercado.
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