Cámaras Telemétricas (III): Otros cuerpos (las mejores EVIL)

Cámaras Telemétricas (III): Otros cuerpos (las mejores EVIL)
Facebook Twitter Flipboard E-mail

Si eres un usuario de telemétricas de los de siempre, o si has ahorrado durante años para comprarte un cuerpo Leica digital, posiblemente tengas algunos objetivos que trates como si fueran tus propios hijos (y, si no lo haces, quizá deberías). Si es así, quizá tengas una magnífica cámara química para usarlos, o incluso una estupenda Leica M9, pero, ¿por qué no usarlos también en un segundo cuerpo digital?

También, muchos fotógrafos optan por comprar estas ópticas aunque nunca hayan tenido una cámara de este tipo, sabiendo que siempre mantienen su valor mientras los cuerpos se van devaluando poco a poco. Al fin y al cabo, un buen Summicron o Summilux debería durar para siempre, ¿no?

Vamos a ver entonces qué cámaras pueden sacar partido a estos objetivos, y cuáles no, y sobre todo vamos a ver por qué las conocidas EVIL o CSC se han ganado el apelativo de las “Leicas de los pobres”.

Con este artículo pretendo mostrar cómo la fotografía más tradicional puede convivir con la electrónica más vanguardista. Por eso animo a que lo leáis tanto los telemétricos más acérrimos como los aficionados más recientes. Con suerte, ambos podréis descubrir nuevas vías para disfrutar la fotografía.

Antes de empezar este pequeño repaso vamos a eliminar de un plumazo buena parte del mercado, recordando una de las diferencias fundamentales entre réflex y telemétricas de las que hablábamos en el primer artículo: la distancia al plano focal.

En las cámaras réflex, el espejo se ubica entre el elemento sensible y el objetivo, y el diseño de todos sus elementos se realiza teniendo en cuenta este espacio. Un objetivo telemétrico no funcionará correctamente con ellas, ya que fue diseñado para proyectar la imagen a una distancia mucho menor.

Al contrario, sí que podremos colocar un objetivo réflex en una cámara sin espejo, pero tendremos que separarlo del cuerpo lo suficiente como para que la imagen se proyecte adecuadamente en el sensor. Por este motivo, los adaptadores de objetivos réflex para cámaras sin espejo son bastante más aparatosos.

Por tanto, las EVIL se han hermanado con las telemétricas, al adaptarse casi perfectamente a utilizar sus objetivos. El problema es que ninguna compacta tiene un sensor lo suficientemente grande como para aprovecharlos al máximo, así que siempre tendremos que hacer ciertas concesiones en cuanto a calidad, ángulo equivalente o profundidad de campo.

También, podemos encontrarnos con problemas con grandes angulares (aparte de los lógicos debidos al factor de recorte) y objetivos con elementos traseros muy protuberantes, en los que luz de las esquinas llega en un ángulo incorrecto para el sensor y se pierde calidad. Las Leicas lo han tenido en cuenta en su diseño, pero en las EVIL sólo tengo constancia de que lo haya hecho Ricoh.

Vemos que tenemos en el mercado, obviando todo lo que no nos interesa (autofocus, objetivos específicos, etc.), y centrándonos en la unión de lo clásico y lo digital, especialmente en cuanto al enfoque de objetivos de montura M usando visores y pantallas electrónicos.

Cámaras Micro 4/3: la mitad de la mitad

Summicron 50/2.0 y E-PL2

El Summicron 50/2.0 le queda como un guante a esta E-PL2. Foto: Soe Lin

Empezamos con las cámaras con un tamaño de sensor lo más alejado posible de los 35mm clásicos (con permiso de las recientes Pentax Q, y las futuras Nikon): las Micro 4/3, auténticas innovadoras en este mundillo. De hecho, fue la Olympus Pen E-P1 la que destapó la locura de usar lentes Leica de miles de euros en un cuerpo de unos pocos cientos.

Por un precio de entre 30 y 60 euros (según la calidad del mismo), tendremos un adaptador para las monturas M (bayoneta, actual) o LTM/L39 (rosca, más antigua) de Leica, que nos abrirán un abanico enorme de posibilidades en cuanto a objetivos de todos los precios y calidades.

Es difícil recomendar una cámara concreta porque la calidad de imagen final es bastante homogénea entre todas las Micro 4/3, así como los tipos de ayuda al enfoque (aumentando una parte de la imagen), de manera que en este caso yo utilizaría el visor electrónico o el estabilizador como elementos diferenciadores.

G1 con Voigtlander Nokton 40mm f1.4

Una G1 vestida con un Voigtlander Nokton 40mm f1.4. Foto: Chaz Kainz

En la parte Olympus, todas las cámaras estabilizarán automáticamente a todos los objetivos que montemos, siempre que les indiquemos a mano la focal que estamos usando (no hay comunicación ninguna entre objetivo y cuerpo).

En cuanto a los visores, no existen los visores integrados, pero en cambio tenemos el que posiblemente sea el mejor visor electrónico externo disponible, el aparatoso y caro VF–2 (recientemente renovado por una versión más barata y pequeña, pero de menos resolución). Por tanto, las más recomendables serían la E-P2 y E-P3 con su visor correspondiente.

En la parte Panasonic, no habrá estabilización ninguna, pero tendremos muy buenos visores integrados. De hecho, me atrevería a decir que, al menos hasta que llegue la Sony NEX–7, las Panasonic G3 y GH–2 son las mejores elecciones en este aspecto.

Cámaras EVIL APS-C: La apabullante tecnología de Sony

NEX con Jupiter-8

Sony NEX con un asequible Jupiter–8 de montura LTM. Foto:Thomas Depenbusch

Subiendo a sensores con factor de recorte de 1.5 o 1.6X (el estándar en las réflex de gama media), nos encontramos con la gama NEX de Sony, la NX de Samsung, y desde hace muy muy poco, el módulo A12 de la Ricoh GXR.

Al tener un sensor más grande, los resultados de estas cámaras será más parecida a la que podríamos obtener en el formato original de los objetivos telemétricos (recordad que siempre estamos tomando los 35mm como referencia), acercándonos ya bastante más en cuanto a ángulo de visión y profundidad de campo.

En cuanto a tecnología, voy a empezar descartando a Samsung, ya que aunque sus cámaras son perfectamente capaces, no ofrecen ninguna característica que no ofrezcan sus competidoras, y carecen de algunas de las tecnologías que veremos a continuación.

¿Qué tienen entonces Sony y Ricoh para llamar tanto nuestra atención? Nada más y nada menos que el focus peaking, una técnica de enfoque manual que está demostrando competir en rapidez y comodidad con el enfoque con telémetro.

Al trabajar con la pantalla completa, permite visualizar el encuadre final, y da información de enfoque de elementos en cualquier parte de la toma (mejorando en ese aspecto a las propias telemétricas). En la parte negativa, a veces puede resultar molesto e intrusivo.

En cuanto a la gama Sony, hay que decir que tienen algunos de los mejores sensores actualmente disponibles en este tamaño: buenos en las antiguas NEX–3 y NEX–5, muy buenos (a la altura de algunos “clásicos”) en la NEX-C3 y NEX–5n, y bien cargados de megapixels en la inminente NEX–7.

Para el uso que nos ocupa, yo ahorraría un poco y apuntaría directamente a la NEX–5n: el precio no es descabellado (unos 650 euros), y tendremos 10 tomas por segundo, visor electrónico opcional, pantalla táctil, y en general un buen montón tecnología por todos lados.

Eso sí, yo esperaría a ver qué hace Sony con un molesto bug cuya existencia ya ha sido reconocida oficialmente y para el que aún no hay una solución: aparentemente, al grabar vídeo, el sonido se distorsiona en algunos casos con un “click” constante que hace inusable el audio grabado.

La NEX–7 aún no ha llegado, pero le podemos presuponer lo mismo y más, con un visor electrónico integrado en el cuerpo de la cámara, y añadiendo más controles manuales. ¿Será el mejor cuerpo compacto para un objetivo Leica? Lo sabremos cuando probemos si sus 24 megapixels (y 1200 euros sin objetivo) no son ninguna exageración.

Cámaras EVIL APS-C: Ricoh A12, el rival inesperado

Ricoh GXR con módulo Leica

Ricoh GXR con módulo A12 para lentes de montura Leica

La Ricoh GXR ha sido desde sus inicios una cámara bastante incomprendida y hasta ninguneada y que nunca ha desarrollado del todo su potencial. Recordemos que su principal característica es que el sensor y el objetivo son una pieza independiente del cuerpo.

Su nuevo módulo A12 viene con aún más polémica debido a su elevado precio, de casi 600 euros (aún no es definitivo en España) que se añaden a los más de 300 que cuesta el cuerpo.

Para compensarlo, Ricoh ha echado toda la carne en el asador en los detalles, empezando por el firmware que acompaña al módulo: aparte del mencionado focus peaking, podemos por ejemplo añadir correcciones específicas para cada lente, evitándonos un postproceso que puede ser necesario con cualquier otro cuerpo digital.

En la parte hardware nos encontramos con otro detalle que llama poderosamente la atención: tenemos un clásico obturador de plano focal que trabaja entre 180 y 1/4000 segundos, pero también un obturador electrónico en el propio sensor, absolutamente silencioso y ausente de trepidación hasta sus 1/8000", pero que puede dar problemas con sujetos que se muevan durante la exposición.

Gracias a que el sensor (de “sólo” 12 megapixels) es único para este módulo, han podido realizarse ciertas concesiones: no necesita filtro anti-alias, y tiene un diseño de microlentes específico para solucionar el problema que mencionábamos al principio con los grandes angulares. Personalmente estoy impaciente hasta qué punto afecta todo esto al resultado, pero no pinta nada mal.

Aún así, creo que el precio sólo justifica la inversión sobre las NEX si ya disponemos de un cuerpo Ricoh GXR, con su visor externo y todos sus avíos, y nos resistimos a dejar de usarlo con nuestras lentes de montura Leica. Además, no parece que se vaya a fabricar y distribuir en masa.

Nosotros no hemos tenido la oportunidad de probarlo, así que os recomiendo encarecidamente leer el detallado preanálisis de Valentín Sama que os enlazamos en el pie del artículo.

Resumen de pros y contras

Beeeeeeeeeeeeeen con nosotras

Fotografía tomada con una Olympus E-P2 y un Voigtlander Nokton 40mm f1.4. Foto: Javier Prieto

Una vez más, hemos introducido mucha información en este artículo, así que vamos a resumir los puntos más importantes:

Formato Micro 4/3 (2x)

  • Las EVIL de Olympus son las únicas en ofrecer estabilización de objetivos clásicos, pero para tener un buen visor tendremos que comprar uno externo.

  • Las EVIL de Panasonic integran muy buenos visores electrónicos (en algunos de sus cuerpos), pero nunca están estabilizadas.

  • En ambos casos podemos optar por cuerpos con suficientes controles manuales, aunque la tendencia es ir sustituyéndolos por táctiles.

Formato APS-C (1.5x)

  • Las nuevas NEX?5n y NEX?7 de Sony tienen la mejor tecnología disponible hoy en día cuando hablamos de la combinación de objetivo clásico + cuerpo digital.

  • El módulo M para la Ricoh GXR tiene un precio muy elevado, pero tiene un diseño más específico, con un obturador electrónico, correcciones para grandes angulares, y muchas opciones de personalización.

  • El focus peaking es una de las mejores opciones para enfocar manualmente que existen actualmente, y lo integran ambos fabricantes.

  • El ruido a ISOs altos habla de tú a tú con la Leica M9 y supera claramente a cualquier otra EVIL o telemétrica digital.

  • En todos los casos nos alejamos más de un uso y un tacto clásico y pasamos a un uso más tecnológico. Cada uno verá si esto es positivo o negativo.

Foto de cabecera | Andrew Xu
Vídeo | Wentbackward (Youtube)
Más información | Análisis del módulo Ricoh A12 por Valentín Sama en DSLR Magazine
Más information | Análisis de la Sony NEX–5n por Steve Huff (inglés)

Comentarios cerrados
Inicio