Puede parecer una toma sencilla, pero hacer una foto solamente con la luz de una vela es todo un reto que cualquier fotógrafo novato (al que va dirigido principalmente este artículo) debería afrontar. Más que nada porque es un excelente ejercicio para empezar a dominar los secretos de la luz y del triángulo de exposición de la cámara. ¿Te atreves?
Ya decimos que es algo que parece fácil, pero conseguir una buena instantánea de este tipo pone en juego un montón de aspectos importantes de la fotografía: Iluminación, apertura, sensibilidad, movimiento y, por supuesto, la velocidad de obturación. Todo ello lo vamos a ir repasando para ver cómo conseguir una buena fotografía a la luz de las velas
Lo primero, trípode
Es evidente que hablamos de una toma con una cantidad de luz muy baja, motivo por el cual es más que probable que tengamos que realizar una exposición relativamente larga. Por este motivo, es más que recomendable utilizar un trípode, y algún tipo de disparador remoto, para evitar cualquier clase de trepidación producida por un movimiento involuntario de la cámara.
Otra cosa es la posibilidad de que la llama de la vela se mueva, para lo cual tenemos que elegir un lugar en el que no haya corrientes de aire (por supuesto en interior). Aun así, la llama es algo muy sensible por lo que puede que las cosas no salgan bien a la primera. Eso sí, tampoco descartes la posibilidad de que la llama aparezca movida, una opción creativa que puede dar mucho juego.
La importancia de medir bien la luz
La medición correcta de la luz en este tipo de fotografías va a ser la clave para conseguir buenos resultados. Hablamos de un entorno donde apenas hay iluminación, salvo la de la vela (por supuesto ni que decir que nada de flash), que en esta situación será un foco de luz intensa (comparada con el resto). Por ello, es necesario utilizar el modo de medición puntual de la cámara para determinar de la manera más exacta la cantidad de luz que hay en ese punto clave de la foto.
Aun así, dependiendo de la escena o si usamos otros tipo de medición, puede ser recomendable subexponer la toma a través de la compensación de exposición para que la llama de la vela no aparezca demasiado brillante (quizá quemada) y que su resplandor se vea perfectamente. Aun así, dependerá de la toma y de nuestra cámara, por lo que lo mejor es ir probando.
Parámetros de exposición
A la hora de elegir la exposición, puedes disparar en modo totalmente manual o en alguno semiautomático, lo importante es poder decidir los parámetros de acuerdo a lo siguiente: primero la sensibilidad, en la cual podríamos elegir un valor alto para captar más luz, pero lo ideal es elegir el valor más bajo para evitar el ruido. En cuanto al diafragma, podemos inclinarnos por abrir al máximo (y lograr así el mayor desenfoque) pero, ya que vamos a usar trípode, casi es mejor elegir su punto dulce para lograr la mayor calidad.
En base a lo anterior, será momento de decidir la velocidad de obturación que, como decíamos, probablemente será larga, puede que de varios segundos. No habrá problema siempre que usemos bien el trípode, disparemos sin tocar la cámara y logremos que no haya aire que pueda mover la llama de las velas.
Otras cosas a considerar
Por supuesto, como casi siempre, recomendamos disparar en RAW para tener mayor flexibilidad luego en el retoque. Si no es el caso, es importante desactivar el balance de blancos automático y ajustarlo a una temperatura de color de entre 2.000 y 3.000º Kelvin; eso sí, ten en cuenta que si usamos uno que corrija las típicas dominantes anaranjadas de este tipo de fotos el resultado será irreal (como siempre, lo mejor es ir probando).
En cuanto a la ubicación elegida para la foto, en principio (y si no hay otra fuente de luz) no deberías tener que preocuparte por el fondo, ya que lo normal es que salga subexpuesto: Aun así, es evidente que lo mejor es buscar una perspectiva donde el fondo sea algo uniforme y oscuro.
Conclusion
Si seguimos estos consejos ya podríamos tener una foto técnicamente buena; y ahora sería el momento de plantearnos nuevos retos, como composiciones más arriesgadas, por ejemplo con varias velas, o añadiendo otras luces más tenues de fondo, preferentemente desenfocadas para que aparezcan como bonitos puntos de luz gracias al bokeh.
Con esto hemos acabado de contar cómo lograr una buena fotografía de una vela, pero como sabemos que habrá quien se lo pregunte ya lo adelantamos: sí, es posible hacer este tipo de fotos con un móvil, pero lo más seguro es que los resultados no sean buenos (sobre todo si lo hacemos a mano). También se pueden usar los modos dedicados para ese tipo de situaciones que ofrecen muchas cámaras, pero siempre con trípode y teniendo en cuenta que lo que hará la cámara es tratar de aplicar por sí sola los ajustes que te hemos contado.
Foto de portada | David Monje
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