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Ocho trucos y consejos prácticos para atreverse con la fotografía macro

Ocho trucos y consejos prácticos para atreverse con la fotografía macro

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Ocho trucos y consejos prácticos para atreverse con la fotografía macro

La macrofotografía es una de esas disciplinas llena de retos y posibilidades, y que tiene mucho de magia porque nos descubre un mundo distinto que, sin embargo, puede estar al alcance de nuestra mano. Además, puede considerarse incluso el equivalente fotográfico al yoga o la meditación.

De este tipo de fotografía ya hemos hablado en varias ocasiones, incluyendo una completa guía en tres episodios y numerosos artículos sobre iluminación en fotografía macro, las distintas posibilidades en cuanto a accesorios que existen, cómo elegir el objetivo ideal para macrofotografía, cómo realizarla con objetivos invertidos e incluso cómo montarte un estudio casero.

También repasamos los aspectos básicos sobre la fotografía macro así que os recomendamos revisarlo también, pero en esta ocasión vamos a centrarnos en ofreceros una serie de trucos y consejos prácticos para mejorar vuestros resultados, sobre todo si os estáis iniciando en la fotografía macro. Así que vamos a ello.

Un vistazo a…
Qué es la sensibilidad ISO y cómo usarla en tus fotografías

El mejor lugar y momento

Aunque cualquier tema es bueno para este tipo de foto (y a veces basta con acercarse para descubrir cosas sorprendentes que suelen pasar inadvertidas), si te gusta la fotografía macro es muy probable que uno de tus temas favoritos sean los insectos, esos diminutos animales que de cerca resultan muy sorprendentes.

Y por supuesto seguro que también te interesan las flores y plantas, otro tema muy popular en esta disciplina. Por eso, el mejor lugar donde encontrar ambos temas es, cómo no, lugares como los parques y jardines (si es un jardín botánico mejor que mejor). Pero, claro, no siempre es el mejor momento para estos ambientes.

De hecho, como puedes imaginar, las mejores estaciones para encontrar estos elementos en su máximo esplendor son la primavera y el verano, cuando las buenas temperaturas hacen que los insectos estén activos y las plantas broten y florezcan. Por eso, lo ideal es buscarlos en las épocas en las que la temperatura exterior pasa de los quince grados (aprox.).

Consejos Trucos Fotografia Macro 07
Foto de Kyle Nishioka

Cuando hace frío, las plantas son mucho menos atractivas y los insectos son mucho más escasos, aunque si eres capaz de localizarlos en sus lugares de descanso (lo que suele ser muy difícil) podrás fotografiarlos más fácilmente porque se mantienen quietos más tiempo. Por todo ello a los fotógrafos especializados en esta disciplina eligen madrugar durante la primavera y el principio del verano para intentar “cazar” a los insectos cuando no están muy activos. Por cierto, si te preguntas si es mejor un día soleado u otro nublado, normalmente es mejor la segunda opción porque la luz es mucho más suave, pero lo suyo es aprovechar cualquier oportunidad, haga el tiempo que haga.

Elige bien la velocidad de obturación

Como puedes imaginar, en fotografía macro es muy fácil que la imagen se estropee por culpa de nuestro pulso al sujetar la cámara o de cualquier pequeña vibración que se produzca en el motivo a fotografiar. Por lo tanto es crucial utilizar una velocidad de obturación elevada, especialmente si eres principiante.

Consejos Trucos Fotografia Macro 12
Foto de Wendy

Como norma general, se debería disparar siempre por encima de un valor de 1/250 seg, aunque si vamos a usar flash dependerá de a qué velocidad se sincronice éste. Además, en ese caso, también podemos disparar por debajo de ese valor ya que el flash ayudará a congelar el movimiento. De hecho incluso podemos realizar exposiciones relativamente largas (por ejemplo 1/30 seg) para conseguir que el fondo de la imagen aparezca con suficiente luz y el sujeto tenga la nitidez esperada gracias al destello del flash.

Claro que eso ya exigirá un cierto dominio de la técnica de disparo con flash, así que lo mejor es empezar disparando a una velocidad alta y, cuando vayamos cogiendo experiencia, ir bajando gradualmente la velocidad de obturación combinándola con el uso del flash.

Sin miedo a usar el flash

Sin duda la iluminación es crucial en este tipo de fotos ya que, como decíamos antes, para evitar trepidaciones tendremos que disparar a velocidades de obturación altas y echar mano de diafragmas cerrados para tener cierto nivel de profundidad de campo. Por eso muchas veces tendremos que recurrir al uso del flash, sobre todo para retratar insectos, a pesar de que como sabemos es una luz artificial y, muchas veces, poco controlable.

Por supuesto lo ideal es contar con algún tipo de flash específico para fotografía macro (hay soluciones bastante asequibles como ésta de Polaroid), pero incluso el flash emergente incorporado en tu cámara puede funcionar bien para aportar un extra de luz que mejore la foto y ayude a evitar una imagen con poca nitidez.

Eso sí, si vas a emplear uno no especializado conviene tomar dos medidas fundamentales. La primera usarlo como flash de relleno para evitar que el fondo de la imagen esté subexpuesto y sin detalle; La segunda es usar un difusor, es decir cualquier material blanco y translúcido que, colocado entre el flash y el sujeto, pueda suavizar la fuerte luz del flash.

Enfoque ¿manual o automático?

Tradicionalmente siempre se ha recomendado desechar directamente el enfoque automático pero, tal y como contamos a veces es una buena alternativa para lograr tomas de sujetos que se mueven rápidamente, como los insectos en sus fases más activas, sobre todo si tenemos alguno de los últimos modelos que cuentan con enfoques de seguimiento muy perfeccionados.

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Foto de martingreffe

Para casi todas las demás situaciones normalmente sí que es más recomendable echar mano del enfoque manual, aprender a utilizarlo rápida y correctamente (la práctica, como ya sabes, es muy importante) y echar mano de las herramientas que nos ayudan a ello como el focus peaking.

Trípode ¿sí o no?

Otro elemento que normalmente se recomienda pero que no debe tomarse al pie de la letra. Lógicamente, si estamos hablando de conseguir la máxima nitidez en un disparo complicado está claro que el trípode debería ser un elemento recurrente pero, una vez más, depende de la situación. Por ejemplo, en el caso que comentábamos en el apartado anterior (osea fotografiar insectos en plena actividad) el uso de un trípode no es para nada recomendable.

Consejos Trucos Fotografia Macro 10
Foto de Luis Pérez

Piensa que el tiempo que pierdes colocándolo puede ser suficiente para que el insecto en cuestión decida volar a otro sitio. Incluso es posible que no lo haga pero que, por poco viento que haya, la flor en la que se ha posado se mueva lo justo para que la foto salga trepidada de todas formas. Por eso, salvo que estés retratando una escena completamente estática, como algo inanimado en un estudio, el uso del trípode no siempre es lo más recomendable en fotografía macro.

Cuidado con la profundidad de campo

Como ya hemos mencionado, al disparar desde muy cerca casi siempre estaremos fotografiando en situaciones en las que la profundidad de campo es muy escasa. Esto puede hacer que sea muy complicado lograr la foto que queremos, incluso que un pequeño movimiento por nuestra parte haga que el foco se desvíe del lugar correcto. Para evitarlo, lógicamente, podemos utilizar un diafragma más cerrado (como ƒ11 o ƒ22) que amplíe la profundidad de campo siempre que las condiciones de luz lo permitan, y también hay técnicas más complicadas (y no aptas para todas las situaciones) como recurrir al apilamiento de imágenes.

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Foto de Roger Ahlbrand

Aunque la mejor estrategia es usar la profundidad de forma inteligente, por ejemplo fotografiando elementos planos en una perspectiva que haga que todo su cuerpo esté a la misma distancia del plano focal. Claro que también podemos echar mano del recurso contrario, usando la escasez de profundidad de campo como un recurso creativo. Un buen ejemplo es la típica foto de un insecto cuya cabeza está en foco y sobresale de un fondo completamente borroso.

Ojo con la perspectiva

A la hora de hacer fotografías macro, como en muchas otras disciplinas, es importante cuidar la perspectiva desde la que fotografiamos. Un error muy típico del fotógrafo principiante es hacer las fotos desde arriba a un ángulo aproximado de 45 grados del insecto o la flor. Esta perspectiva no es que esté mal, pero probablemente resultará en una foto bastante convencional y, por tanto, puede que aburrida.

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Foto de techroyal

Por eso es conveniente buscar ángulos menos comunes y disparar buscando perspectivas inusuales (desde abajo, por detrás…). Para esto es muy útil aprovechar la pantalla desplegable que tienen muchas de las cámaras actuales, lo cual ayuda a lograrlo y también a evitar, por ejemplo, que tengas que echarte al suelo para lograr un plano contrapicado.

Busca una buena composición

Si eres novato en esto de la fotografía macro seguramente cuanto más ampliación logres más satisfecho estarás del resultado, pero ¿has conseguido así una mejor foto? Lograr que el insecto protagonista de la foto aparezca más grande no siempre es la forma de mejorar la imagen. De hecho es fácil que alejándote un poco consigas una toma más bonita o más interesante y, aunque el “bicho” en cuestión se vea más pequeño tal vez quede mejor representado en su entorno natural.

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Foto de Daniela

Lógicamente, la macrofotografía no está libre de la necesidad de una composición correcta para que la imagen funcione y, particularmente, es muy importante tener cuidado con el fondo. Así ya sabes, cuida mucho la composición para que la foto funcione más allá de su contenido más o menos interesante.

Y con esto hemos acabado con nuestros trucos para atreverse con la macrofotografía pero, como siempre, recurrimos a vosotros para que complementéis el artículo con vuestros trucos experimentados en vuestras sesiones fotográficas.

Foto de portada | Irene Ortiz

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